MISA DE LA FAMILIA

Una vez al mes os hemos propuesto LA MISA DE LA FAMILIA. Sabemos que la familia creyente está necesitada de apoyo. Os hemos invitado a celebrar juntos la vida y la fe. Sabemos que queda mucho por trabajar para que la familia sea “iglesia doméstica”, tal como la llamó san Pablo. Es, en la familia, donde ha de educarse la fe. Tenemos mil justificaciones para inscribir al niño en múltiples actividades y dejamos como última opción la fe.

Los primeros cristianos edificaron su fe y convirtieron al Imperio Romano formando hogares cristianos. En aquellas familias sería frecuente y natural entablar con los hijos diálogos “con” Dios o “sobre” Dios. En ella, y a través de ellas, el cristianismo se difundió con gran rapidez.

TENEMOS UNA MISIÓN. La misión de los cristianos es la misión de Jesús: se trata de llevar la felicidad a los demás. Aquí, la familia juega un papel importante. ¿Se da el contagio de la fe en tu familia?

Tomás de Kempis decía: “En ningún lugar del mundo ha sucedido un milagro tan grande como en una cueva de Belén: aquí se ha unido Dios y el hombre”. Este milagro sucede en cada eucaristía. Esta es la razón por la que os hemos convocado e invitado a asistir, participar y colaborar en LA MISA DE LA FAMILIA. Los que habéis participado, estoy seguro, que os habréis llevado siempre mucha felicidad. Jesús no deja que nos vayamos vacíos.

Otra razón de peso de la invitación a LA MISA DE LA FAMILIA responde a las palabras que el Papa Francisco recoge en uno de sus principales documentos de su predecesor Benedicto XVI, y dice así: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (La alegría del Evangelio, n.7). La Eucaristía es el lugar donde los cristianos nos encontramos con Cristo. Por supuesto, la eucaristía no es el único lugar pero es el principal.

A los padres se os pide que seáis mártires. No en el sentido de entregar la vida (bueno, algo sí), sino de testimoniar la fe. Tenéis la tarea de acercar a los niños más a Jesús. Jesús mismo os está diciendo: “Dejad que los niños se acerquen a mí”. Que no se nos olvide que también los mayores hemos de tener alma de niño para entrar el Reino de Dios.

¡Cuántas veces lo habremos oído aquello de que la familia que reza unida, permanece unida! Desde el colegio os hemos querido proponer LA MISA DE LA FAMILIA como una ayuda o apoyo para vuestra tarea o misión evangelizadora, en la propia familia, y en vuestro entorno. La educación de la fe radica en la familia. Los demás, catequistas, profesores u otras personas, nuestro papel es subsidiario.

¡ATRÉVETE! HAZ EL REGALO DE JESÚS PARA TU FAMILIA. TE ESPERAMOS.